El domingo, con un sol radiante y un campo de rugby en perfectísimas condiciones y bien cuidado, nos desplazábamos a Getafe para jugar como locales fuera de nuestra casa. Como ya pasó con nuestros amigos de Alcorcón, nuestros amigos de Getafe Rugby Club nos cedieron su campo demostrando una vez más que este deporte es distinto a todos los demás. Demostrando que compañerismo y generosidad son estandartes del rugby y son valores que van más allá del color de la camiseta. Por ello, vaya por delante un enorme GRACIAS al Getafe Rugby Club, desde el staff a los jugadores.

Con sólo diecisiete guerreros, un Quijote decidido se iba a por el partido desde el minuto uno. Flubber, el medio de melé, pastoreaba a su delantera manteniendo un alto ritmo durante todo el partido. Eficaces y contundentes al choque, y rápidos recolocándose, los gordos iban probando la defensa del Getafe que pronto se vio superada por Papi, el pilier izquierdo que, por increíble que parezca, anotó el primer try marchándose en velocidad.

A partir de ahí el Quijote no soltó el balón en todo el partido, sintiéndose cómodo, pudiendo orquestar jugadas simples y efectivas, y rompiendo la línea una y otra vez aumentando la diferencia en el marcador hasta llegar al descanso.

Comenzaba la segunda parte siguiendo la partitura de la primera mitad. El plantel quijotesco seguía cumpliendo un A,B y C sencillo pero eficaz, que sólo se vería superado en tres incursiones de un Getafe que tiraba de orgullo y no bajaba los brazos en ningún momento.

La jugada del partido, por lo inusual de ver en estas categorías, fue el drop que anotó Liset con perfecta ejecución desde casi 30 metros. Un partido sin apenas melés por las nuevas “normas covid”, permitió a nuestros gordos seguir bien físicamente casi todo el encuentro. Al no tener jugadores de refresco, era imperativo dosificarse en un día tan caluroso. En cambio, Getafe contaba con hasta seis sustituciones, lo que hizo que el equipo se mantuviese fresco y llegada la hora del partido, sorprendió con un ataque rapidísimo tras un golpe de castigo, abriendo veloz la pelota y ensayando en la esquina de la zona de try.

Copiarían hasta dos veces más el esquema de la jugada, con idéntico resultado, superando a un Quijote que ya bajaba una marcha por el cansancio hacia el minuto 70 de partido.

56-19 fue el resultado final firmado en el acta de un partido precioso de nuestros chicos, no sólo por el resultado sino por las sensaciones y la actitud.

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